Amado, odiado, venerado. Leyenda. Mito. Rebelde. Dios.
Por Gonzalo Cornago
El hombre que trascendió el fútbol e inspiró a toda una generación de deportistas. El genio que observábamos desde el poster de nuestra habitación, el que parecía inmortal, ha decidido abandonarnos.
Soñamos, te idolatramos y te amamos. Todos los que pateaban una pelota, querían ser como vos «Desde los 16 años tuvo que cargar con todo el peso. Eso fue una mochila muy pesada para él» dice su hermana Mary en el documental de Asif Kapadia y pocas personas vivieron tan de cerca la transformación de ese hombre nacido en Fiorito. Con esa y muchas mochilas tuvo que cargar Maradona, que vivió de muerte y resurrecciones constantes. Hoy lamentablemente no habrá más resurrecciones.
Ese corazón que lo empujó desde Fiorito hasta la cima del mundo, dejó de latir.
La noticia que se sabía que podría llegar en cualquier momento y nunca queríamos recibir, finalmente sucedió. El alma y el corazón, sus partes más nobles, ya las había regalado hace tiempo. Sin embargo siempre soñaba con una gambeta más.
El mito viviente nos ha dejado. El hombre más trascendente de la historia del fútbol, ha dejado de existir. Íntimo, ocurrente, impulsivo y provocador. Imperfecto. La persona que transcendió el fútbol y llevaba en su piel el ADN argentino, no está más.
Muchos te criticaban por tus contradicciones pero nunca se embarraron las patas, ni tienen idea lo que es Villa Fiorito. Nunca le dieron ni el uno por ciento de las alegrías que le regalaste a nuestro país.
El que dejó un legado en la manera de sentir y vivir la camiseta de la selección argentina. El superhéroe que parecía inmortal. Gambeteaste a todos los ingleses, por los pibes que murieron en Malvinas. Jugaste con un tobillo que era una pelota de tenis y dejaste afuera a Brasil. Le desarmaste todo el negocio a los italianos y los eliminaste en el San Paolo. Te infiltraste mil veces y te subiste a cualquier avión que pasara cerca para ponerte la camiseta de la selección, tu bandera, la que defendiste y sentiste como nadie.
El que nos llevó a la cima del futbol. El que se reveló contra el poder. El que siempre defendió a sus compañeros, el gran capitán de nuestras emociones.
El hombre sencillo y humilde que tuvo que inventarse una coraza para soportar, lo que pocos podrían soportar.
Solo queda agradecer por todo todos los momentos vívidos.
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