
EL FORO DE PERIODISMO ARGENTINO (FOPEA) presentó el Mapa de los desiertos Informativos de Argentina.

Con un 15,4%, Córdoba es la segunda provincia con menor porcentaje de desiertos informativos en su territorio. También es la segunda jurisdicción con más bosques informativos (26,9%).
En cuanto a la provincia de Entre Ríos el informe habla de “El medio prototípico entrerriano es una página web en la que trabajan menos de tres periodistas monotributistas. El medio estándar tiene alrededor de 10 años, y sus responsables consideran que el 90 o 100% de su contenido es de interés para la comunidad donde se asientan. Esta entidad recibe pauta oficial, aunque sus directivos desconocen o prefieren no exponer el impacto de los recursos públicos en el ingreso total”.
NOGOYÁ: DESIERTO INFORMATIVO

Estás en un DESIERTO INFORMATIVO. Esto significa que en tu comunidad hay condiciones sumamente débiles para el ejercicio del periodismo profesional, o que este está restringido o no ha conseguido desarrollarse de un modo estable. Puede que existan medios y periodistas, pero que estos tiendan a contar lo que pasa en otros ámbitos o estén acotados al discurso oficial. En este lugar faltan las noticias locales verificadas o resulta muy difícil acceder a ellas.
El informe para Nogoyá habla de una Población de 39.026 con 5 Medios relevados y 12 Periodistas detectados.

FOPEA: EL ANALISIS DE LA INVESTIGACIÓN
¿Vivís en un lugar con acceso a noticias locales?
Hablamos de vegetación, de clima y de ecosistemas informativos. Las zonas donde hay condiciones para ejercer un periodismo profesional activo son como , donde es posible encontrar luces, sombras, matices, diversidad y oxígeno. En el otro extremo están las áreas donde las condiciones para el ejercicio del periodismo profesional son muy débiles: se parecen a los porque el paisaje es monocromático, árido, seco y proclive a los espejismos.
La Argentina es un país heterogéneo, con realidades que difieren de distrito en distrito. Cada provincia conforma un universo distinto: fronteras adentro coexisten poblaciones con necesidades informativas diferentes. Pero estas demandas chocan contra el paradigma centralista, que históricamente llevó a mirar hacia el puerto porteño. La producción de información periodística replica ese modelo y repercute en la configuración de espacios gigantescos sedientos de cobertura. Por primera vez, una investigación traduce al lenguaje de los datos, y mapea la distribución desigual de medios de comunicación y de periodistas con la finalidad de dimensionar el fenómeno expansivo de los desiertos de noticias locales.

Primeros hallazgos
Los desiertos y los semidesiertos cubren tres cuartas partes del país.
El 47,9% de los 560 departamentos que componen el territorio argentino están situados en la zona roja del periodismo local: son desiertos informativos.
El 25,2% son semidesiertos informativos.
El 17,1% son semibosques informativos.
El 9,8% son bosques informativos.
La Rioja, Santiago del Estero y Formosa son las provincias que exhiben mayor densidad de desiertos informativos.
Hay 13 provincias donde más de la mitad de los departamentos son desiertos informativos.
Mendoza, Córdoba y Santa Fe son las provincias que exhiben menor cantidad de desiertos informativos.
La mitad de los departamentos de Neuquén son semidesiertos informativos.
El 39% de los departamentos de Córdoba son semibosques informativos.
Cinco provincias carecen por completo de bosques informativos: Formosa, Jujuy, San Juan, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
Son desiertos informativos el 34% de los 135 municipios o partidos de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país.
La provincia de Buenos Aires alberga la mayor cantidad de medios: 641. Esta única jurisdicción concentra el 26% de la cantidad total de medios detectados.
La Ciudad de Buenos Aires tiene 25 barrios donde el periodismo local es muy tenue y escaso. Son los barrios de Agronomía, Chacarita, Coghlan, Constitución, Floresta, Nueva Pompeya, Núñez, Parque Avellaneda, Parque Chas, Parque Patricios, Puerto Madero, Retiro, Saavedra, San Cristóbal, Vélez Sarsfield, Versalles, Villa General Mitre, Villa Lugano, Villa Luro, Villa Ortuzar, Villa Real, Villa Riachuelo, Villa Santa Rita, Villa Soldati y Villa Urquiza. Individualmente consideradas, estas unidades urbanas poseen mayor población que la mayoría de los municipios del resto del país.
La provincia de Tierra del Fuego alberga la menor cantidad de medios: 16. Esta cantidad representa el 0.6% de la cantidad total de medios detectados.
Si bien el 10% de bosques informativos comprende a la mayoría de los núcleos urbanos más poblados -incluye a seis barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, la investigación corroboró que el periodismo local se degrada paulatinamente en los suburbios e, incluso, un nivel alto de desiertos en los vecindarios de la capital del país. A lo largo y ancho de la Argentina aparecen urbes muy populosas con escaso acceso a las noticias locales.
En los cordones suburbanos de las ciudades más grandes del país abundan los desiertos y semidesiertos informativos. En el Gran Buenos Aires, por ejemplo, el 9.4% de los partidos son desiertos y el 28% son semidesiertos. En estas zonas viven más de cuatro millones de personas.
La población que reside en los desiertos y semidesiertos informativos accede a información acerca de lo que sucede en los bosques informativos, en particular de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y, en cambio, viven en una sequía permanente de noticias relativas a su realidad próxima.
La ausencia de información periodística respecto de cuestiones que inciden en la calidad de vida y en la ciudadanía condiciona la capacidad para tomar decisiones inteligentes en materia de salud, gobierno, educación, trabajo, seguridad, justicia, etcétera. Los pobladores de los desiertos informativos están expuestos a padecer exclusiones y privaciones de derechos que disminuyen sus oportunidades de desarrollo.
Las barreras para exponer y acceder a información local producen la pérdida de la capacidad para instar debates democráticos en el seno de las comunidades, e incrementan la dependencia de medios y periodistas situados en otras jurisdicciones en línea con la idea de que una noticia sólo surtirá efectos si recibe “exposición mediática nacional”.
Los territorios con categorías intermedias -semidesiertos y semibosques- plantean grandes interrogantes. Son jurisdicciones frágiles, donde el periodismo enfrenta desafíos mayúsculos: fronteras débiles y, en algunos casos, ínfimas, separan a estas localidades de los desiertos informativos.
En algunas provincias, el periodismo local está ligado a la dinámica de un único diario de papel. En estas localidades, el futuro del servicio periodístico dependerá sustancialmente de cómo estas organizaciones se adapten a los nuevos modelos del entorno digital.
Los desiertos y semidesiertos son lugares donde la crítica corre peligro de extinción, si es que no ha sido completamente aplastada. En estos sitios puede haber medios y periodistas que desnuden abusos y cuestionen al poder, pero que enfrentan presiones altísimas, muchas veces ignoradas por la sociedad.
Que exista un bosque informativo quiere decir que el lugar en cuestión presenta condiciones adecuadas para el ejercicio del oficio. Ello implica, esencialmente, diversidad y volumen de medios y de periodistas, y posibilidades materiales de subsistencia que garanticen un nivel razonable de independencia del Estado y de los restantes poderes. Pero la detección de un bosque informativo no supone que ese periodismo vigoroso ocurra en los hechos. El estudio revela un nivel preocupante de temor entre propietarios de los medios y periodistas, y dificultades crecientes para el ejercicio de las libertades de prensa y de expresión.
Hay un número impactante de medios de comunicación pequeños y de emprendimientos periodísticos de todo tipo que necesitan ayuda de manera urgente para profesionalizarse y subsistir. Con la excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las provincias argentinas carecen de políticas públicas para el estímulo de la prensa local.
La investigación expone los efectos perniciosos de la pandemia. Como consecuencia de la crisis sanitaria y económica, un número significativo de medios y la fuente de empleo de numerosos periodistas pasó a depender exclusivamente del Estado, o directamente bajó las persianas.
La investigación expuso que un número significativo de medios no está dispuesto a transparentar aspectos relativos a su funcionamiento.
La fortaleza del periodismo local guarda relación con el desarrollo económico y la idiosincrasia cultural de las comunidades, pero no la explicaría totalmente. La pesquisa revela que el gran crecimiento de algunas localidades (por ejemplo, Añelo en Neuquén, Yerba Buena en Tucumán, Tigre en Buenos Aires o el barrio de Puerto Madero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) no necesariamente estuvo acompañado de la instalación de medios capaces de servir y satisfacer las necesidades informativas de sus habitantes.
Fuente: FOPEA ( https://desiertosinformativos.fopea.org/index.html )
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