
En su momento como jugador y ahora en su etapa como entrenador Gabriel Heinze, nunca regaló frases de ocasión ni se ocupó demasiado en “caerle bien” a dirigentes, ni a periodistas, ni siquiera a los aficionados. Tan ácido como infranqueable, Heinze es frontal hasta la brutalidad. Por eso sorprendió la charla de 53 minutos que concedió al programa Zona Mixta que se emite por FM del Éxodo conducido por Gonzalo Cornago, donde el entrenador entrerriano habló de todos los temas y dejó frases para la reflexión y el análisis.
“Me gusta mucho esto. Me gusta lo que hago, soy un privilegiado de dedicarme a lo que me gusta. Y si uno puede hacer lo que le gusta tiene que ser mucho más responsable. Pero eso genera un desgaste importante. No me veo toda la vida siendo entrenador. No sé si voy a encontrar un lugar en otra rama del fútbol. Sentí que esto era lo que podía hacer y por eso me convencí de ser entrenador. El desgaste no es por un desgaste personal, sino por todo lo que lleva ser entrenador. Soy de los que piensa que esto hay que hacerlo con mucha responsabilidad y eso es lo que desgasta”.
Sobre si se ve trabajando en el fútbol argentino el entrerriano dijo “Acá también hay instituciones en las que se puede trabajar bien. Siempre vas a luchar contra cosas y personas, y ese es el trabajo del entrenador. Tengo una forma de pensar y de hacer y sé muy bien lo que puedo llegar a aceptar pero sé muy bien lo que no acepto. No acepto el engaño”.

Heinze quien cerró su capítulo en Vélez clasificando al equipo de Liniers a copa Sudamericana y Libertadores luego de tomarlo en zona de descenso, habló de quienes se nutrió para ser entrenador
“Hay entrenadores que tuve que me marcaron cosas, hay entrenadores que me marcaron cómo sentir el fútbol. Marcelo [Bielsa] fue uno; Luis Enrique, una de las mejores personas del fútbol; Didí Dechamps, una persona que siente el fútbol como él jugaba; Luis Fernandéz, él con una generosidad enorme me tuvo en los brazos. De varios entrenadores, ahora que estoy en esto, se me vienen a la cabeza. Hoy, cuando llamo me atiende. Aparte de ser un futbolista reconocido, eso te demuestra lo que has sido como persona, porque te atienden con una amabilidad y humildad enormes. Uno aprende continuamente, de situaciones, de los errores que comete. Y trata de asimilarlo y de buscarle otra forma. Sé muy bien que lo que hacía en Godoy Cruz no lo hacía en Argentinos, y después en Vélez. Uno tiene que crecer porque estamos continuamente buscando eso”.
“Lo único que me preocupo es por hacer lo que siento y lo que me dé la capacidad. Será mucho o será poco, pero no me aparto de lo que siento”.
En su paso por la institución de Liniers, Heinze apostó por dos jugadores que con distinto perfil encerraba diversas dificultades Fernando Gago y Riardo Centurion “Si lo he decidido en ese momento es porque he hecho varios análisis y yo no me pongo a pensar en todo lo que pueden llegar a decir lo demás o lo que pueda llegar a pasar. Sí, me hago responsable si las cosas pueden salir bien o mal. Pero antes hice un análisis previo y pensé que podía ayudar tanto a Ricardo como a Fernando. Los resultados no los tiene el entrenador, son del jugador. Son ellos los que se entrenan, los que se cuidan, los que aceptan las sugerencias del entrenador. Me pongo contento por ellos y sufro por ellos, porque también tuve su edad y han confiado en lo que uno hacía. Trato de disfrutarlos, de acompañarlos. Me da muchísima alegría de verlos en un equipo, de verlos contentos, de verlos cómo hablan, cómo piensan. Uno se va encariñando con las personas. En la etapa cuando están conmigo soy muy absorbente. Por eso, luego me alejo un poco. Sí atiendo a los que me llaman. Pero, a veces, me da vergüenza porque son ellos los que tienen que hacer su camino. Me da vergüenza dar consejos”.
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